Es la tercera vez que coincido con un vaso en la mano con Mimí, pero para futuras ocasiones debo acordarme de vigilar para que no me lo rellene con la primera botella que pille cada vez que el contenido de mi vaso no logre rebasar el ecuador imaginario. Y así con todos y todas -menos con Salva, por motivos de salud. El resultado de tan generosa atención por parte de Mimí y de los respectivos repostajes a lo largo de la cena y posterior sobremesa fue... bastante etílico, por así decirlo.
El caso es que arramblamos con toda la cerveza, la sangría y el vodka.
Notas graciosas hubo muchas esa noche, como el momento en que Máriam se puso la falda de Rosabel (que si para la dueña era "micro", para Máriam era como un cinturón ancho) y Amparo se puso la falda de Máriam (no me fijé entonces, pero imagino que la arrastraría). Pero ése no es el tema de esta entrada, y ya me estoy yendo por las ramas. Lo realmente impactante fue cuando Máriam encontró el llavero que alguien había dejado en el mueble del comedor. Había una llave de lo más curiosa, que, para que nos entendamos, era como la intersección de dos planos perpendiculares y tenía cuatro aristas. Máriam, que por aquel momento ya estaba en la fase de "quiero a todo el mundo" y "tengo que besaros a todos", la coge y dice: "¡Anda, qué llave más chula! ¡Tiene cuatro dimensiones!". Creo que entonces éramos sólo Josep y yo los únicos que le prestábamos atención a ella; nos miramos extrañados y decimos: "¡Pero cómo va a tener cuatro dimensiones! ¿Qué hace, viaja en el tiempo?". A lo que Máriam responde: "¡Que sí, que sí! ¡Que tiene cuatro dimensiones! Mirad, como en Antenas: la X, la Y, la Z... ¡¿Veis?! ¡Cuatro!". El ataque de risa que le entró a Josep era digno de ver. Contrastaba bastante con la imagen de chico bueno y modosito que me causó cuando lo vi entrar por la puerta varias horas antes.
Igual es cierto que para aprobar Antenas hace falta tener base de Teoría de la Relatividad. O haber visto muchos episodios de "The Twilight Zone".
Y este viernes quieren volver a juntarse para celebrar un cumpleaños o algo. Y seguro que pretenden implicarme de nuevo. ¡Qué miedo!

PS: La cena la preparamos entre Amparo, Salva y yo.